¿Que es la periodontitis?

Es una enfermedad infectocontagiosa, causada por bacterias que, en sujetos susceptibles, produce inflamación de los tejidos que sujetan el diente o la muela al hueso y al ligamento periodontal. Generalmente el enfermo antes tuvo una gingivitis. Profundización del Surco Gingivodentario: el surco es el espacio que hay entre el diente y la encía, parecido a lo que sucede con la piel y la uña. Cuando una persona presenta una encía sana, éste mide entre uno y dos milímetros de profundidad. Para saber esto, el paciente debe ir al dentista y someterse a un examen, en el que se le introduce una sonda periodontal en dicha cavidad. Si ésta mide más de tres milímetros, hay una profundización patológica, que casi siempre corresponde a un Saco Periodontal. La presencia de agentes patógenos y una mala higiene son las causantes de la alteración del surco. Con esta profundización hay mayores posibilidades de que se aloje placa bacteriana y sarro. El saco periodontal es una señal típica de la Periodontitis. Este síntoma es muy difícil de advertir. Sólo un odontólogo puede determinar si está presente. Por ello, se recomienda que el paciente le solicite a su dentista un sondaje periodontal. Enrojecimiento de las encías, sangramiento, edema (aumento de volumen), acumulación de placa y sarro. En principio, la inflamación crónica constituye un modo de defensa del individuo, en un esfuerzo por deshacerse de las bacterias. El problema es que la inflamación sostenida paulatinamente va contribuyendo a degradar los tejidos del propio organismo, principalmente la encía y el hueso. Este último tejido es el que más sufre, ya que no responde bien frente a los estímulos inflamatorios crónicos; tiende a reabsorberse. Por lo tanto, conforme pasa el tiempo y se mantiene la inflamación crónica de la periodontitis, el hueso se va destruyendo. Esto es grave, ya que el hueso es el que en esencia, sujeta los dientes en su lugar, mediante un tejido blando que actúa como unión a la raíz: El ligamento periodontal. Si desaparece el hueso, el ligamento periodontal también lo hará, y el diente se irá quedando sin sustento. Como un edificio al que se le horadara la tierra alrededor de sus bases, el diente va perdiendo soporte. Según la velocidad de destrucción del hueso (lo que varía de un sujeto a otro, aunque por lo general es lento), pueden comenzar a verse algunos signos: La recesión de la encía que deja al descubierto las raíces (la encía se va recogiendo a consecuencia de la desaparición del hueso) y más adelante, la movilidad del diente. Antes de esto signos, la encía ha mostrado otros; como enrojecimiento, hinchazón y sangramiento. En ocasiones puede haber supuración (fig 10). Normalmente no hay dolor, por lo que el paciente suele no darse cuenta de que está sufriendo la destrucción de sus tejidos. Incluso, el signo más decisivo, la presencia de la “bolsa” o “saco” periodontal, sólo es demostrable mediante un sondaje periodontal, que es realizado por un Odontólogo. Este consiste en la profundización patológica del surco gingivodentario. El surco gingivodentario es lo que se forma en la zona en que la encía se une al diente, es un pliegue de mucosa que forma el surco, dejando por fuera la encía y por dentro el diente. Normalmente es poco profundo; 1 o 2 milímetros a lo sumo. Para que se entienda mejor, se parece un poco a la manera como la piel bajo la uña se adhiere a ésta, dejando un pequeño surco que está presente incluso en aquellos que usan las uñas cortas. Pues bien, en la Periodontitis, el surco gingivodentario se va profundizando producto de la inflamación y la acumulación de bacterias y toxinas, haciendo que la unión de la encía al diente se vaya “escapando” más abajo, en dirección a la raíz, y con ello, este surco se hace más profundo, llamándosele entonces bolsa o saco periodontal. Si la enfermedad continúa, a la larga, la pérdida de los tejidos que sujetan el diente será tan grave, que se comenzarán a perder los dientes. El paciente puede llegar a perder la totalidad de sus piezas dentarias. Además de la pérdida de dientes, el paciente puede sufrir graves alteraciones estéticas, y es común que sufra de halitosis (mal aliento). (fig 11). Según el grado de destrucción del hueso que sujeta los dientes, la periodontitis puede clasificarse en Incipiente, moderada o severa. A la vez, dependiendo si están afectados muchos o pocos dientes, puede ser generalizada o localizada. Factores de riesgo de la Periodontitis.

Existen factores que hacen a una persona más susceptible de enfermar de Periodontitis. El factor más conocido es la mala calidad de la higiene. Como el factor inicial de la enfermedad son ciertas bacterias, mientras más cantidad de ellas exista, mayor es la posibilidad de enfermar. Si el paciente tiene mala higiene, no se cepilla correctamente y no usa seda dental, la población de bacterias aumentará. El tabaquismo es otro factor muy importante: El cigarrillo modifica la irrigación sanguínea, disminuyendo la cantidad de sangre que llega a la encía, perjudicando así a los tejidos y permitiendo el desarrollo de las bacterias patógenas. Lo insólito es que por el mismo efecto isquémico del tabaco (el disminuir el aporte de sangre), hace que los signos de la inflamación disminuyan, por lo tanto, las encías no se ven tan enrojecidas, hinchadas ni sangrantes, lo que puede transmitir una falsa sensación de salud. Sólo un sondaje periodontal hará evidente el daño La herencia influye. La periodontitis en sí no es hereditaria, pero el riesgo de enfermar relacionado a las características de la inflamación que opone el paciente, puede tener un patrón hereditario.
Periodontitis asociada a Enfermedades generales o sistémicas.
Ciertas enfermedades generales favorecen la aparición de Periodontitis, siendo la más común, la diabetes. También hay trastornos como las leucemias, el Síndrome de Down, Síndrome de Papillon-Lefèvre, Síndrome de Cohen y la Hipofosfatasia; que cursan frecuentemente con Periodontitis.

Tratamiento para la Periodontitis

Cómo se trata. El tratamiento es etiológico. Se debe eliminar, o reducir al mínimo posible; la población de bacterias que producen la enfermedad. Paralelamente, se deben suprimir o disminuir los factores de riesgo asociados. La superficie de las raíces afectadas debe ser desinfectada y acondicionada para que la encía se desinflame y se vuelva a adherir. Tradicionalmente esto se realiza con varias maniobras sucesivas, que a continuación se detallan:

Destartraje

Una vez que la superficie de la raíz está libre de tártaro, se le debe pulir, para eliminar las toxinas que las bacterias han depositado en ellas, y para acondicionar la superficie radicular y dejarla en condiciones para que la encía se desinflame y se adhiera nuevamente. Esto generalmente se hace en forma manual, con curetas especiales que se adaptan a la forma de las raíces.

Cirugía periodontal

Cirugía periodontal: En ocasiones, cuando los sacos son muy profundos, o su forma es muy complicada, se realiza el pulido radicular levantando la encía, para observar mejor y tener un acceso más directo a la zona que se instrumentará. También, mediante cirugía, se pueden corregir secuelas como por ejemplo, se puede recortar algún exceso de encía, o cortar alguna raíz muy comprometida en un molar (radectomía). o cubrir una recesión, como se ve en la fotografía.

Modalidad full mouth

Hacer todas las maniobras antes descritas, puede ser bastante extenso. Los protocolos de tratamiento tradicionales, suelen dividir la boca en seis sectores (sextantes), y tratar un sextante por sesión. Sin embargo, hoy existe una tendencia, que consiste en hacer todo el tratamiento periodontal en una sola sesión; más extensa, denominada en inglés como “full mouth” (“boca completa”). Con esto se gana tiempo, a que en un día se hace el trabajo que antes tomaba semanas; práctico para una reducción drástica de la carga bacteriana, muy útil si el paciente además recibirá implantes. En nuestra clínica, cada vez que podemos, aplicamos esta modalidad “full mouth”.

Pulido radicular

Pulido Radicular: Una vez que la superficie de la raíz está libre de tártaro, se le debe pulir, para eliminar las toxinas que las bacterias han depositado en ellas, y para acondicionar la superficie radicular y dejarla en condiciones para que la encía se desinflame y se adhiera nuevamente. Esto generalmente se hace en forma manual, con curetas especiales que se adaptan a la forma de las raíces.

Pulido coronario

Pulido coronario: La corona del diente se debe pulir también, para que su superficie no sea tan fácilmente colonizable por bacterias. De paso, se eliminan manchas en el esmalte, lo que da una ganancia estética al procedimiento. Esto se hace generalmente con pastas de pulir que se aplican con escobillas rotatorias, o bien, con aplicadores en chorro de bicarbonato en polvo. Todas las maniobras anteriores tendrán un efecto limitado y transitorio, si la higiene del paciente es mala. Por lo tanto, un elemento trascendente para la salud periodontal es que el paciente aprenda a cepillarse correctamente, y se aplique adecuadamente seda o hilo dental, u otros elementos de higiene interdentaria que su Periodoncista le indique. Por lo tanto, todo paciente periodontal debe recibir una adecuada Instrucción de Higiene Oral.

Tipos de periodontitis.

Periodontitis crónica

Periodontitis crónica

Periodontitis Ulcero Necrotizante

Periodontitis asociada a Enfermedades generales​

Abscesos Periodontales

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